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«Nos queremos volver a despertar mañana. Es un deseo humano, íntimo y político para el que necesitamos herramientas y esfuerzo, pero también ternura y deseo».

—Marina Garcés

Renacimiento pone en el centro de la pieza el microcosmos de los montajes técnicos y de sus trabajadores. Queremos pararnos a observar el tipo de diálogo y de intercambio que ahí se genera. Un tipo de cooperación aún concreta y tangible, donde se hace evidente que sin el colectivo, sin la comunidad, será imposible tener todo listo para cuando se alce el telón. Renacimiento se dibuja a partir de momentos icónicos de nuestra democracia, un periodo de menos de 50 años. Este paisaje reconstruye, a veces sutil y a veces gráficamente, los últimos años de nuestra historia. No para juzgarla de nuevo, si no para observarla desde otro lugar y tal vez darnos cuenta de que todo está de nuevo, siempre, por construir. Renacimiento es un espectáculo con 20 intérpretes, bailarinas, actores y técnicos en escena. Una celebración del hecho teatral, que pone en valor el grupo, el diálogo y la comunidad.

Tea-tron

Y esta última escena, que acaba en círculo, es, por desde dónde está hecha y cuándo está hecha, uno de los milagros que los espectadores agraciados que puedan verla recordarán muchos años como uno de los momentos que resignificó su relación con la escena, con el teatro. La maravilla es donde te coloca La Tristura para ver esa última escena.

Pablo Caruana.

El Cultural

Con este montaje La Tristura muestra madurez y dominio para armar en escena un relato dramático original, bien contado, que testimonia el momento crucial que vivimos. El teatro como espacio de resistencia y de cambio, y una filosofía que es la de vivir de frente, buscando las mejores cosas posibles y en comunidad.

Liz Perales

Diario Crítico

La Tristura, que sigue siendo reconocida en medio mundo por su singularidad, por su estética, por su poesía en escena. Arriesga siempre y siempre acierta con su sentido de lo dramatúrgico y lo plástico sobre la escena.

José-Miguel Vila

Público

Y así, entre técnicos de escenario, pruebas de sonido y confesiones sottovoce, ponen sobre la mesa inquietudes diversas como la institucionalización de la cultura, la oportunidad de regenerar nuestra democracia y la importancia de tomar partido en ello. En síntesis; el compromiso con el otro como antídoto frente al cinismo rampante.

Juan Losa

El País

Mientras desmontan y montan el escenario, se cuentan entre ellos amores y desamores, recuerdos de infancia y problemas laborales en los que subyace a menudo la gran cuestión que guía todo el espectáculo: ¿cuánto se ha perdido de aquel impulso inicial y puro que llevó a la democracia a este país? Y otra: ¿es el momento quizá de un nuevo renacimiento?

Raquel Vidales

Estreno 1 de julio de 2020. Teatros del Canal de Madrid.

Creación: La tristura Intérpretes: Roberto Baldinelli, Belén Martí, Alván Prado, Mundo Prieto, Emilio Rivas y Marcos Úbeda Diseño de Iluminación: Carlos Marquerie Diseño de escenografía y vestuario: Cecilia Molano Diseño de sonido: Adolfo García Dirección de producción: Alicia Calôt y Mamen Adeva Dirección Técnica: Cristina Bolívar Ayudante de escenografía y vestuario: Almudena Bautista Ayudantía Técnica: Roberto Baldinelli y Mathieu Dartus

Ayudante de producción: Iván Mozetich & Mamen Adeva Coreografía: Mucha Muchacha Distribución y Comunicación: Art Republic Prensa: Paloma Fidalgo Pintura de telones: Nuria Obispo, Olga López, Ana Arroyo y Julia Navalón Confección vestuario: Isabel López Realización Atrezo: Ricardo Vergne y Mundo Prieto Proveedor Gráfica: couldbetheweather.ie